Las fallas de 2015 han sido para casa, para los de aquí. Me explico, el hecho que el día 19 cayera en jueves y el mal tiempo que hemos tenido los días grandes han dado como resultado una menor afluencia de turistas. La parte positiva de esto es que se ha podido hablar de lo que nos afecta a los valencianos como habitantes de una ciudad invadida por una fiesta. También ha propiciado que las visitas a los monumentos no fueran masificadas y que el mismo día 18, la Nit del Foc, pudieras acercarte sin problemas, salvo por el viento y la lluvia, a una falla de sección especial y verla con todo el detalle que las barreras permitían. Al golpe al sector hostelero hay que añadir la incomodidad de vivir trabajando en una ciudad bajo esta especial circunstancia y que el ir a trabajar pudiera convertirse en una verdadera ginkana. Por ello defiendo la postura que no deben ajustarse las fiestas para que los días más importantes caigan en fin de semana si no mantener el utilizado hasta ahora ya que, en mi opinión, las fiestas deben vivirse según las circunstancias de cada año y no ser un esquema repetido para los turistas como si la ciudad fuera un parque temático de cartón piedra. Para ello, evidentemente, deben plantearse mejores medidas para la coexistencia de la rutina de una ciudad como Valencia y una fiesta de la dimensión de las Fallas.
Este año he participado en la elección del Ninot Somriure que concede Compromís desde hace 3 ediciones y que busca premiar la crítica en las Fallas. En las deliberaciones para la elección del ninot pude comprobar que los falleros buscaban un cambio y una evolución en la forma de transmitir los mensajes en las Fallas no sólo a nivel estético si no en el propio fondo. Esta evolución desde hace unos años se ha trasladado a las calles, no sólo en las Fallas denominadas I+E o experimentales, si no en monumentos con un lenguaje más cercano al mundo del diseño actual y también en las comisiones pequeñas que trabajan por organizar eventos alrededor de las fallas y conseguir una mayor participación ciudadana involucrando a todos los habitantes de la ciudad.
Fotografías: Mercedes Navarro.
Como siempre, la unión hace la fuerza, y respecto a este tema surgieron agrupaciones que buscan una amplitud de miras en el mundo fallero. La agrupación Falles I+E, que no sólo trabajan en los nuevos lenguajes para los monumentos si no que se sirven de las redes sociales para conseguir una mayor participación en su movimiento. Iniciativas como el Proyecto Encés, capitaneado por el periodista Fernando Morales que con diferentes acciones y, por ejemplo, desde dentro en su comisión de Mossel Sorell- Corona acercan el mundo de las fallas con el mundo artístico reivindicando una algo más allá de la estética y consiguiendo una reflexión y participación en el espectador, plantean concursos para todos los ciudadanos y contratan a artistas fuera del circulo habitual para la construcción de los monumentos. El propio Xavier Serra, Malalt de Falles, que con su crónica de las Fallas las relata incluyendo todos los aspectos de la fiesta. También los Vibrants hicieron su aportación propiciando un lugar para el debate sobre las fallas a los pies de la Falla Nou Campanar, primer premio de Fallas Experimentales 2015, donde se pudo concluir que las Fallas es responsabilidad de todos los habitantes de la ciudad y que es labor de todos que llegue a ser una fiesta que nos represente a la mayoría.
Al igual que en otras disciplinas artísticas debe existir una evolución en la forma de plantear y desarrollar las Fallas. Los diferentes temas que han enfocado las fallas que se denominan Falles I+E es tan amplio como necesario en la actualidad valenciana; las próximas elecciones y la decisión que debemos tomar los valencianos sobre nuestro futuro, la diversidad social y familiar, el aprovechamiento de suelo publico para el beneficio de una empresa privada, el conflicto saharaui, etc… Todas abarcadas desde lenguajes y materiales totalmente diferentes pero manteniendo presente la esencia crítica de los monumentos falleros.
Destacable el trabajo de los arquitectos Jose Francisco Carsí y Roberto Heredia como editores del llibret de la Falla Casteilfabib donde el llibret se convierte en la herramienta perfecta para complementar el mensaje de la Falla diseñada por Senyor Mixuro alrededor del urbanismo realizado en la ciudad de Valencia y cómo las empresas representativas de Valencia como en el Valencia CF, debían gestionarse.
He seguido de cerca la plantà de la Falla Nou Campanar y he de confesar que ha sido un experimento muy enriquecedor para entender el complejo mundo fallero. He sido testigo no sólo del agotamiento de los artistas falleros durante la plantà que duró más de una semana si no que he oído comentarios de todo tipo al respecto de la Falla que podríamos trasladar a la sociedad valenciana en general; nos asusta lo que no entendemos, podemos sentarnos a hablar y escuchar, nos encanta lo desmesurado y las patatas asadas, creemos que nuestra tradición es la única válida, criticamos y vilipendiamos al que sobresale de lo normal y tenemos un tejido de artesanos y artistas de gran calidad que se involucran en la sociedad en la que viven con el fin de mejorarla.
Como sociedad debemos buscar una evolución, no conformarnos con lo establecido y seguir buscando nuestra propia forma de hacer las cosas. Nos lo merecemos, nos lo debemos.
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